No podemos controlarlo todo. En cualquier organización, grande o pequeña, hay cosas que delegar. Por más que queramos, la reputación de la empresa depende del conjunto.
Un producto excelente, una directiva honesta, transparencia, buen servicio de posventa, política de cambios y devolución justa.
Son todos condimentos necesarios pero no suficientes para una experiencia de marca sólida.
El compromiso y buen desempeño de todos tus colaboradores es fundamental para la generación de resultados en una organización.
La pregunta del millón será entonces ¿cómo logramos ese compromiso? Conociéndolos y motivándolos.
Es un trabajo arduo y que se actualiza con el tiempo. Las diferentes generaciones van cambiando en su motivación y relación con el espectro laboral.
Lo que era el “sueño americano” de la estabilidad, la casa y la familia se ha ido modificando con los millenials y las nuevas generaciones.
De todas maneras, aceptando los matices, todos queremos lo mismo: un lugar de trabajo que nos conozca, nos capacite, nos desafíe y nos motive a dar lo mejor.
Que el trabajo tenga sentido, además de una remuneración.
Lograr ese conocimiento profundo y actuar en consecuencia no es simple, pero tampoco imposible. Sólo hay que mirar para adentro, teniendo en cuenta que si queremos atender bien a los afuera, la casa debe estar en orden.
La vieja y confiable caminada por los pasillos para charlar con el equipo es positiva pero no suficiente. No es aplicable a todas las estructuras, menos en tiempos de pandemia y auge del home office.
Encontrar metodologías que midan el humor organizacional y reciban feedback para pensar mejoras es fundamental. Tu equipo debe sentirse escuchado.
Esto no se trata sólo de ser un great place to work. Así como es importante conocer qué satisface a nuestros clientes y obrar en consecuencia, es fundamental entender qué motiva a nuestros colaboradores.
Se calcula que un grupo de colaboradores enfocado aumenta en un 20% su productividad. Es nuestra responsabilidad darles espacio y herramientas para que se puedan expresar, desarrollar y mostrar resultados.
Si logramos ser excelentes con los nuestros, esa satisfacción derramará en la experiencia final de nuestros consumidores.
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